London, W. Strahan and T. Cadell, 1783-1790. 8vo (21,5 x 13,8 cm). 12 volúmenes (completo) ilustrado con un grabado en frontis (por John Hall según pintura de Joshua Reynolds) y tres mapas desplegables, grabados por Thomas KITCHIN. Vol.I: Frontis con retrato del autor + xiv (Preface / Advertisement / Contents) + 456 p.; Vol.II: xv (Contents) + 496 p.y mapa (27 x 21 cm.) "A Map of the Parts of Europe and Asia, adjacent to Constantinople"; Vol.III: viii (Contents) + 412 p.; Vol.IV: mapa (43 x 47 cm.) "A Map of the Eastern Part of the Roman Empire"+ viii (Contents) + 443 p.; Vol.V: vii (Contents) + 432 p. Vol.VI: mapa (43 x 50 cm.) "A Map of the Western Part of the Roman Empire" + viii (Contents) + 420 p.; Vol.VII: xii (Preface) + viii (Contents) + 424 p.; Vol.VIII: viii (Contents) + 375 p.; Vol.IX: xii (Contents) + 502 p.; Vol.X: xii (Contents) + 385 p.; Vol.XI: xii (Contents) + 460 p.; Vol.XII: 6 h.(Contents) + 432 p.+ 48 h (General Index). Buen estado de conservación. Encuadernación plena piel, tejuelo con título en dorado y nervios en lomo. Exlibris en todos los tomos (con lema VIVAT VERITAS, y P.NIMMO M.D.). Primera y significativa edición en 8vo de la obra histórica más famosa de la literatura inglesa (muy rara de encontrar), publicada en 1783 (vol.I a VI) y en 1790 (vol.VII a XII). La edición en folio se publicó en seis volúmenes: los tres primeros entre 1776 y 1781, y los tres últimos en 1788. Obra histórica de referencia, tanto por su composición literaria directa, cuidada y precisa, como por el interés y complejidad del tema y la originalidad, magnificencia en los detalles y habilidad con la que lo aborda. El declive y la caída del Imperio Romano de Gibbon abarca, con una erudición, claridad y estructura inigualables, los trece siglos desde el reinado de Marco Aurelio hasta la toma de Constantinopla por los turcos a finales del siglo XV. El autor concibió su proyecto en 1764, pero no comenzó a escribir su obra maestra hasta 1772, a la muerte de su padre. Los eruditos alemanes del siglo XIX estimaban que no se podría avanzar en la historia del imperio más allá de lo que lo había hecho Gibbon, cuyos métodos fueron tan minuciosos, que las laboriosas investigaciones de (dos) siglos han sacado a la luz muy pocos errores importantes en los resultados de sus labores.